- El asesinato de Walter no es “un caso más”
- El Heraldo [Honduras], 2009-12-18 # Miguel Calix
Cuando visitó el país en 2001, la relatora especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, recibió información sobre los asesinatos de más de 200 integrantes de las comunidades LGBT ocurridos entre 1991 y 2001. Era destacable ya para la relatora, la falta de investigación de estos abusos.
Human Rights Watch informó en mayo de 2009 que al menos 17 travestis habían sido asesinados en lugares públicos entre 2004 y ese mes, sumándose varios casos de graves lesiones por golpes, apuñalamientos o disparos. Como antes, el rasgo común era la falta de investigación y castigo de los delitos cometidos contra la comunidad transgénero o "trans", no obstante que un año antes (junio de 2008), las autoridades hondureñas apoyaron la resolución sobre "Derechos humanos, orientación sexual e identidad de género," aprobada unánimemente por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). En esa oportunidad, Honduras, expresó su preocupación frente a los actos de violencia cometidos en contra de las personas por su orientación sexual e identidad de género y se comprometió públicamente a ponerles fin (Honduras: "No vales un centavo. Abuso de Derechos Humanos en contra de las personas transgénero en Honduras". Human Rights Watch. 2009).
De acuerdo al Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), desde el 29 de junio de 2009 se han incrementado los crímenes de odio y homofobia, reportándose 16 asesinatos de miembros y activistas de la comunidad LGBT, entre ellos el de Tróchez. Esto ocurre en un contexto político irregular en el que los adversarios del régimen actual -aglutinados en buena parte en el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado- y los defensores de derechos humanos en general, enfrentan de manera particular acciones de intimidación y violencia como respuesta a sus actuaciones.
Walter Orlando Tróchez era un valiente defensor de derechos humanos que -como otros- no dudó en arriesgar su propia vida para acabar con la impunidad y que se hiciera justicia en nuestro país. Su asesinato no es un caso más para las estadísticas. Si las autoridades no lo tienen claro, habrá que recordárselo todos los días. Como lo hubiera hecho el mismo Walter.
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